Aceite de chía

Proveniente de las pequeñas semillas negras de la Salvia hispanica, el aceite de chía es una sustancia que ha sido parte de la tradición culinaria y terapéutica de las culturas prehispánicas desde hace miles de años. Las semillas de chía y su aceite son especialmente apreciados por sus cualidades energizantes y su gran aporte nutricional. 

Gracias a sus propiedades nutricionales, hoy en día las semillas y el aceite de chía han ido adquiriendo cada vez más popularidad; considerando un superalimento, el consumo de esta sustancia se ha disparado en los últimos años. 

Aceite de chía

El aceite de chía se extrae directamente de las semillas de esta planta, y es una sustancia rica en ácidos grasos esenciales, vitamina B3 y zinc. Se caracteriza por ser uno de los aceites más ligeros, siendo fácilmente absorbido por la piel. Además, el aceite de chía es rico en antioxidantes, compuestos que ayudan a combatir el deterioro de las células del cuerpo. 

El aceite de semillas de chía está compuesto por una gran variedad de nutrientes. Los aceites de mayor calidad son aquellos puros, obtenidos mediante el prensado al frío de las semillas de chía. Gracias a sus ácidos grasos esenciales, el consumo de aceite de chía puede ayudar a la absorción de las vitaminas solubles de grasas de otros alimentos. 

Las semillas y el aceite de chía son un excelente complemento nutricional, ya que son ricas en:

  • Grasas poliinsaturadas, como los ácidos grasos de omega-3
  • Fibra
  • Proteína vegetal
  • Cálcio
  • Fósforo
  • Zinc

Historia del uso del aceite de chía

A pesar de su actual popularidad alrededor del globo, no todo el mundo conoce el origen de las semillas y el aceite de chía. Originarias de lo que hoy en día es conocido como México y Guatemala, las semillas de chía eran altamente apreciadas por sus propiedades medicinales y sus valores nutricionales, incluso llegando a ser utilizadas como moneda.

Existe evidencia que demuestra el cultivo de la Salvia hispánica se remonta más allá de los 3500 años antes de Cristo. En los rituales religiosos, las semillas de chía eran utilizadas como ofrenda para los dioses aztecas. 

Como alimento, los guerreros aztecas utilizaban las semillas de chía como fuente de energía, aumentando su rendimiento físico. De hecho, la palabra “chía” significa “fuerza” en el lenguaje maya. La semilla de chía conocida como el “alimento de los corredores”, ya que era utilizada por guerreros y mensajeros como combustible para recorrer grandes distancias. 

Hoy en día, los beneficios y los aportes nutricionales de la semilla y el aceite de chía son de gran interés, siendo investigados y probados constantemente. Gracias a su estatus como un superalimento, el cultivo de chía se ha difundido alrededor del globo, con un mercado en expansión que se proyecta a alcanzar los dos mil millones de dolares en ventas para el 2022.

Usos del aceite de chía

Además de ser utilizado como complemento nutricional, el aceite de chía tiene una variedad de aplicaciones cosméticas y terapéuticas que lo convierten en una excelente alternativa para los tratamientos y productos convencionales. 

Aplicado tópicamente, el aceite de chía puede ser utilizada para eliminar manchas de manera rápida y efectiva. Utilizado en el cabello, los nutrientes del aceite de chía pueden ayudar a promover la salud del cabello, dejándolo fuerte y brillante. Además, esta sustancia importantes cualidades hidratantes que nutren tanto la piel como el cabello.

El aceite de chía también puede ser utilizado para reducir las señales de la edad gracias a sus cualidades antioxidantes: aplicada bajo los ojos, puede ayudar a reducir la presencia de las ojeras, disminuyendo la hinchazón y nutriendo la piel. 

Como suplemento alimenticio, el aceite de chía puede ser añadido a diversidad de platillos. Algunas ideas para consumir aceite de chía son: 

  • Mezclado con yogures o batidos
  • Como aderezo de sopas y ensaladas
  • Mezclado con quesos y untables como el hummus o el pesto
  • Aderezo a vegetales al vapor o asados

Beneficios del uso del aceite de chía

El consumo de aceite y semillas de chía puede reportar grandes beneficios para el cuerpo humano. Considerando un superalimento, el consumo de esta sustancia proviene de tradiciones ancestrales. Según especialistas, estos son los principales beneficios del uso del aceite de chía: 

  • Cuidado de la piel: la aplicación tópica de aceite de chía puede ayudar a reparar el daño causado por la sobreexposición al sol, así como colaborar con el tratamiento de la piel sensible e irritable. Su alto contenido en ácidos grasos de omega-3 y omega-6 puede ayudar a estimular a la generación de colágeno, un compuesto fundamental en la preservación de la piel.

Una de los beneficios más grandes de la aplicación tópica del aceite de chía es su cualidad hidratante: gracias a sus altos niveles de fibra, el aceite de chía es capaz de ayudar a retener el agua y la humedad en la piel. Gracias a esto, este aceite puede ayudar a reducir la apariencia de las líneas de expresión y las arrugas, además de disminuir la resequedad y la descamación.  

  • Rica fuente de omega-3: el omega-3 es un compuesto que solo puede ser obtenido mediante la dieta: el cuerpo no es capaz de producir este valioso ácido graso. El consumo de omega-3 puede contribuir al mantenimiento de la piel, las uñas y el cabello, además de promover el correcto funcionamiento celular. 
  • Rica fuente de antioxidantes: la alta concentración de antioxidantes en el aceite de chía puede tener un impacto positivo en la salud. El consumo de antioxidantes ayuda a combatir la producción y el impacto de los radicales libres, agentes que contribuyen en el daño celular y tienen un impacto directo en el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades como el cáncer. 
  • Alto contenido de fibra: el contenido de fibra en el aceite de chía puede contribuir en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre. Aunque se trata de un carbohidrato, la fibra presente en el aceite de chía tiene poco impacto calórico, por lo cual es una alternativa saludable para aderezar preparaciones y platillos. 

Adicionalmente, la fibra del aceite de chía ayuda a mantener sana la flora bacteriana intestinal, lo cual promueve la salud digestiva. el importe de fibra de esta sustancia además promueve la sensación de saciedad, ayudando a combatir el sobrepeso.  

  • Fuente abundante de proteínas vegetales: comparado a otras plantas, la semilla de chía contiene un alto porcentaje de proteínas y aminoácidos en su composición. El consumo de aceite de chía es el complemento ideal en dietas vegetarianas, teniendo un impacto en la sensación de saciedad y el apetito. 

El alto contenido de proteínas en el aceite de chía sumado a su contenido en fibras puede contribuir a la pérdida de peso.  

  • Disminución de riesgo de afecciones cardíacas: gracias al aporte de fibra, proteínas y omega-3 del aceite de chía, este podría ayudar a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. 

El consumo de aceite de chía podría tener un impacto en diversos factores que influyen en el desarrollo de afecciones cardíacas: en estudios realizados con animales, la ingesta de esta sustancia ayuda a controlar los niveles de triglicéridos, la inflamación y la resistencia a la insulina, todos factores de riesgo.  

Adicionalmente, estudios indican que el aceite de chía podría ayudar a aumentar los niveles del colesterol bueno en la sangre, además de disminuir ligeramente la presión arterial en pacientes hipertensos.  

  • Fortalecimiento de los huesos: el aceite de chía es rico en nutrientes que pueden impactar positivamente la salud ósea. El contenido de calcio, fósforo, magnesio y proteínas vegetales de esta sustancia lo convierten en un excelente complemento para aquellas personas que no consumen lácteos. 
  • Aumento de la energía y el rendimiento físico: quizás su uso tradicional más difundido, el consumo de aceite de chía puede tener un gran impacto en el rendimiento físico de atletas y deportistas. Por esta razón, el consumo de semillas y aceite de chía puede ser una alternativa saludable a las bebidas azucaradas para deportistas.  

El aporte proteico de esta sustancia puede ayudar al desarrollo de masa muscular y el rendimiento físico. Adicionalmente, estas proteínas pueden ayudar a la recuperación después de la actividad física, así como a la reparación del tejido muscular, promoviendo la recuperación. 

  • Antiinflamatorio: la inflamación es una respuesta natural del cuerpo a infecciones o heridas. El consumo de aceite de chía puede ayudar a combatir la inflamación síntoma de ciertas condiciones crónicas La aplicación tópica de esta sustancia puede ayudar al tratamiento de la inflamación en la piel vinculada al acné y heridas. 
  • Mejora de la salud bucal: gracias al contenido de calcio, fósforo, zinc y vitamina A, el aceite de chía pueden contribuir al desarrollo de los dientes. Adicionalmente, el zinc puede ayudar a prevenir el desarrollo del sarro, y combatir las bacterias responsables del mal aliento. 

Riesgos y precauciones del uso del aceite de chía

En líneas generales, el uso de aceite de chía es seguro tanto ingerido como aplicado tópicamente por periodos de hasta 12 semanas. En caso de mujeres embarazadas, lactantes y niños menores de dos años, se recomienda evitar el uso de esta sustancia ya que no se conoce el posible impacto de esta sobre el proceso de gestación y desarrollo. 

Es posible experimentar reacciones alérgicas al aceite o las semillas de chía. Por esta razón, se recomienda hacer una pequeña aplicación antes de iniciar su consumo o cualquier aplicación mayor y así descartar una posible intoxicación.

Si bien los casos de intoxicación por chía son escasos, algunos han sido documentados. Los síntomas más comunes de la intoxicación por semillas o aceite de chía son vómito, diarrea, comezón en los labios o la lengua. En casos más extremos, podría conducir a una anafilaxia, una condición especialmente peligrosa.  

Para pacientes con niveles altos de triglicéridos, el consumo de aceite de chía extraído de ciertas variedades de esta planta pueden tener un impacto negativo en los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. Solo el aceite obtenido de la variedad Salba de la planta de chía no tiene un efecto negativo en estos parámetros sanguíneos. 

En pacientes con diabetes, el consumo excesivo de aceite de chía podría alterar significativamente sus niveles de azúcar en la sangre, alterando la efectividad de los tratamientos con insulina. Si bien el consumo moderado de esta sustancia puede ayudar a mantener bajos los niveles de azúcar, debe realizarse con moderación y preferiblemente bajo la supervisión de un especialista.

El consumo excesivo de aceite de chía podría aumentar el riesgo de padecer de cáncer de próstata, según investigaciones. Los ácidos alfa linolénicos contenidos en abundancia en el aceite de chía podrían aumentar las probabilidades de padecer esta enfermedad. En caso de poseer historial médico vinculado con este tipo de cáncer, se recomienda evitar el consumo del aceite de chía.

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