El aceite de semilla de uva es una sustancia derivada del proceso de fabricación del vino. Obtenido a través del prensado de las semillas de la uva, este aceite es conocido por sus propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antioxidantes.
Además de sus cualidades terapéuticas y medicinales, el aceite de semilla de uva posee interesantes características nutricionales, siendo constituido por grandes cantidades de ácidos grasos esenciales del grupo de los omegas y de vitamina E, que también le aportan cualidades cosméticas.
Al aceite de uva se le adjudican numerosos beneficios, entre los que destacan la regulación de los niveles de colesterol en la sangre y la reducción del riesgo de sufrir afecciones cardíacas. Por esta razón, el uso de este aceite ha ido obteniendo popularidad y reconocimiento en los últimos años.
El aceite de semilla de uva se caracteriza por su composición, abundante en ácidos grasos de omega-6 y antioxidantes fenólicos, además de algunos nutrientes específicos. La distribución de ácidos grasos del aceite de semilla de uva es así:
- Ácidos grasos saturados: 10%
- Ácidos grasos monoinsaturados: 16%
- Ácidos grasos poliinsaturados: 70%
Además de esto, el aceite de semilla de uva también contiene cantidades importantes de vitamina E. A pesar de esto, debido a su aporte calórico, el aceite de semilla de uva no es considerado la fuente más adecuada de esta vitamina.
Historia del uso de aceite de semilla de uva
Según registros históricos, el aceite de semilla de uva ha existido por al menos 6000 años. En pasajes del Antiguo Testamento de la Biblia, esta sustancia aparece como ingrediente de ciertos platillos con propiedades beneficiosas para salud. Por esto, se intuye que los beneficios y usos de la uva y el aceite de sus semillas eran conocidos desde tiempos remotos.
En la Edad Media, los sanadores preparaban ungüentos a partir de la savia de la uva para tratar una variedad de afecciones de la piel y los ojos. Las hojas de esta planta también eran empleadas en las heridas para detener el sangrado, así como un medio para aliviar la inflamación producto de las hemorroides.
Las uvas aún sin madurar eran utilizadas para combatir el estreñimiento y algunos desórdenes alimenticios. El uso de las frutas más maduras estaba destinado al tratamiento de las náuseas, la viruela, afecciones cutáneas y condiciones renales y hepáticas.
A finales del siglo XX, el aceite de semilla de uva empezó a recibir cada vez más atención de la comunidad científica. A partir de este punto, empezaron a realizarse estudios e investigaciones para respaldar los beneficios del uso de aceite de semilla de uva en la salud.
Hoy en día, el aceite de uva suele ser utilizado como ingrediente en jabones y demás productos cosméticos y de cuidado personal, además de ser empleado en la industria alimenticia como aderezo y medio de cocción. El aceite de semilla de uva también suele ser utilizado en la producción del linóleo.
¿Cómo se obtiene el aceite de semilla de uva?
El aceite de semilla de uva proviene de las semillas de la fruta procesadas: estas son un producto derivado de la producción del vino. Durante mucho tiempo, las semillas resultantes del vino eran desperdiciadas. Gracias al reciente interés y los avances tecnológicos, la producción de aceite de semilla de uva es una industria en crecimiento.
Los aceites de semilla de uva de más alta calidad son obtenidos mediante el prensado en frío de las semillas. Otros métodos implican el triturado de las semillas y la aplicación de agentes solventes. Aunque este proceso suele ser más económico, da como resultado un aceite de menor calidad.
La aplicación de calor durante el proceso de extracción también puede afectar gravemente la calidad del aceite de semilla de uva. Por esta razón, uno de los principales factores a tomar en cuenta al momento de comprar y consumir este aceite es el proceso de extracción y embotellamiento.
Usos del aceite de semilla de uva
El aceite de uva es especialmente popular por su variedad de usos. Gracias a sus cualidades antioxidantes, es una alternativa bastante popular en el cuidado de la piel y en ciertas preparaciones. Las posibilidades con este aceite son bastante amplias, por lo cual es un aliado bastante versátil en el mantenimiento de un estilo de vida saludable.
El aceite de semilla de uva puro puede ser utilizado como un suero nutritivo para la piel, aplicando una delgada capa sobre la piel del rostro antes de dormir. Mezclado con un hidratante facial o corporal, el aceite de semilla de uva ayuda a retener la humedad en la piel.
Otra opción para aprovechar sus cualidades hidratantes es aplicarlo directamente sobre la piel, frotando el aceite entre las manos para darle un poco de temperatura y aplicándolo como una loción.
El aceite de semilla de uva puede ser utilizado como aceite portador para otros aceites esenciales, como la lavanda o el incienso. De esta manera, es posible disfrutar de sus propiedades hidratantes al mismo tiempo que se explotan las propiedades de los aceites esenciales.
El consumo de aceite de semilla de uva también es recomendable, pero en ciertas condiciones. Como aderezo para ensaladas o platillos horneados, es una excelente alternativa. No obstante, debido a su alta concentración de ácidos grasos poliinsaturados, este aceite no es adecuado para cocinar a altas temperaturas.
Aunque el punto de humeo de este aceite es relativamente alto, los ácidos grasos poliinsaturados tienden a reaccionar ante el oxígeno a altas temperaturas, lo que da lugar a la aparición de agentes dañinos y radicales libres. Estos compuestos están relacionados con el daño celular, el envejecimiento y el desarrollo de peligrosas enfermedades.
Por esta razón, si bien crudo puede aportar beneficios, es uno de los peores aceites para freír y cocinar a altas temperaturas. Aceites como el de oliva, ricos en grasas monoinsaturadas y saturadas, son los mejores para este tipo de tareas.
El aceite de uva es perfecto para preparar salsas, mayonesas y aderezos con un toque especial.
Beneficios del uso de aceite de semilla de uva
El uso correcto del aceite de semilla de uva puede reportar una cantidad importante de ventajas. Si bien su impacto positivo en la salud aún está siendo investigado, sus cualidades cosméticas son bastante conocidas.
Según medios especializados, estos son los principales beneficios del uso de aceite de semilla de uva:
- Tratamiento de los brotes de acné: el aceite de semilla de uva tiene comprobadas propiedades antimicrobianas. Por esta razón, esta sustancia puede ser utilizada en el combate del acné. Aunque no se han realizado investigaciones profundas al respecto, es probable que el aceite de semilla de uva combata e inhiba las bacterias que se alojan en los poros de la piel y causan el acné, ayudando a limpiar la piel.
- Recuperación de la suavidad y la elasticidad de la piel: el uso de aceite de semilla de uva puede potenciar la absorción y la acción de la vitamina E y la vitamina C en la piel. Por esta razón, la aplicación tópica de este aceite puede ayudar a recuperar la suavidad y la elasticidad de la piel. Por otro lado, el aceite de uva es un excelente agente hidratante.
- Uniformidad en el tono de la piel: la aplicación constante de aceite de semilla de uva podría ayudar a unificar el tono de la piel, gracias a un poderoso antioxidante llamado proantocianidina presente en el aceite. De igual forma, la ingesta de suplementos de aceite de uva ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de los síntomas de la melasma y la hiperpigmentación.
- Protección contra la exposición solar: según investigaciones, los antioxidantes presentes en el aceite de semilla de uva podrían ayudar a evitar los daños de la radiación ultravioleta en la piel.
Riesgos y precauciones del uso de aceite de semilla de uva
El consumo y aplicación moderado del aceite de semilla de uva no conlleva mayores riesgos. A menos que exista una incompatibilidad con esta sustancia, su uso es bastante seguro. Para descartar la posible existencia de una alergia al aceite de semilla de uva, se recomienda realizar una pequeña aplicación sobre la piel y esperar al menos 24 horas para asegurarse de el aceite no produce ninguna reacción adversa.
En el caso de sufrir de alguna condición sanguínea o estar bajo algún tratamiento que pueda impactar la capacidad de coagulación de la sangre se recomienda evitar el uso o la ingesta del aceite de semilla de uva. Según investigaciones, el consumo de este aceite podría afectar la coagulación de la sangre, aumentando la posibilidad de sufrir hemorragias.
En caso de padecer de alguna condición circulatoria, lo más recomendable es consultar con un especialista antes de iniciar el consumo de aceite de semilla de uva.
Tampoco se recomienda utilizar este aceite para cocinar, debido a la transformación oxidativa que pueden sufrir algunos de sus componentes, siendo dañinos para la salud.