Aceite de menta

Tanto en el ámbito culinario como en medicinal, la menta es una planta que ha recibido mucha atención. Gracias a su atractivo sabor y sus propiedades benéficas para el cuerpo humano, se trata de una de las plantas más utilizadas en la medicina naturista. El aceite de menta es una sustancia extraída de las hojas secas y frescas de la Mentha piperita L, y se caracteriza por su alto contenido en mentol y pulegone, ambas sustancias beneficiosas para el cuerpo humano.

La planta de la que se extrae el aceite de menta pertenece a la familia de las mentas, dónde también podemos encontrar la menta verde, la menta de agua y la menta del bosque. El aceite esencial de menta se extrae del híbrido natural entre la menta verde y la menta de agua. Esta planta puede ser fácilmente identificable por sus hojas serradas y sus flores de colores entre el rosa pálido y el malva. 

El aceite de menta tiene una gran cantidad de usos hoy en día: es aprovechado en la industria cosmética, así como en la aromaterapia y como producto de limpieza. Probablemente el uso más difundido de la menta es como refrescante del aliento, por lo que es normal encontrar sus aceites esenciales entre los ingredientes de la mayoría de los productos de cuidado bucal. 

Aceite de menta

Presentaciones del aceite de menta

Dados sus diversos usos y sus muchos beneficios, el aceite de menta se puede encontrar en diversas presentaciones:

  • Aceite esencial de menta: una sustancia altamente concentrada, sobretodo utilizada en aromaterapia o diluida en aceites portadores o lociones para aplicaciones tópicas. 
  • Extractos de menta: una presentación notablemente más diluida del aceite de menta que se usa principalmente para aportar sabor a las comidas. 
  • Suplementos: normalmente cápsulas que encierran en su interior una pequeña dosis de esta sustancia para ser consumidas como suplementos dietéticos. 

Historia del aceite de menta

La Mentha piperita es una hierba perenne originaria de la región mediterránea. El uso del aceite de menta se remonta a la cultura egipcia: expediciones arqueológicos hallaron hojas de menta desecadas en las tumbas excavadas dentro de las pirámides. En la cultura china y japonesa, esta planta formaba parte de muchas prácticas medicinales tradicionales. 

Registros de cultivos han dejado evidencia de que el cultivo y uso culinario y medicinal de la menta se remonta hasta 1500 a.C. En la mitología griega, la menta figura como una de las ninfas que acabó convertida en una hierba aromática. 

Hoy en día, la menta se cultiva alrededor del mundo en países como Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña y Japón. El aceite de menta es considerado uno de los aceites esenciales más versátiles, por lo cual su cultivo y extracción está ampliamente difundido. Su aroma fresco y penetrante es probablemente uno de los olores más fácilmente reconocibles del mundo entero. 

¿Cómo se obtiene el aceite de menta?

La hierba de menta requiere de cantidades importantes de agua para poder desarrollarse. Debido a esto, la menta se cultiva principalmente en regiones frías o templadas muy húmedas, generalmente cerca de corrientes de agua o en zonas con abundantes precipitaciones. 

Las condiciones climáticas ideales para obtener el aceite de menta de la más alta calidad son aquellas en las que la planta pueda disfrutar de temperaturas cálidas durante el día y temperaturas frías durante la noche. La exposición al sol además estimula la producción de aceite dentro de la planta. En climas con noches excesivamente cálidas es probable la aparición de compuestos tóxicos 

El aceite esencial de menta se encuentra contenido en las células presentes en las hojas de esta hierba. El proceso de cultivo de la planta es especialmente delicado, ya que la destilación al vapor debe hacerse rápidamente después del cultivo para evitar la fermentación y consecuente pérdida de los compuestos beneficiosos del aceite de menta. La destilación se realiza con hojas tanto frescas como parcialmente secas.

La sustancia resultante del proceso de extracción es bastante estable: con el cuidado adecuado en un lugar templado y seco, evitando la exposición directa al sol, es capaz de conservar sus propiedades beneficiosas. 

Usos del aceite de menta

Sus propiedades beneficiosas han convertido al aceite de menta en uno de los aceites esenciales más populares. Hoy en día existe una gran cantidad de maneras de sacarle provecho a esta sustancia. A continuación, señalamos cuáles son los principales usos del aceite de menta: 

  • Medicinal: El aceite de menta suele ser aplicado a través de masajes, siendo capaz de desinfectar y calmar la piel inflamada, así como aliviar la tensión muscular y los espasmos. Aplicado junto a un aceite portador, el aceite de menta puede ayudar a combatir la fiebre. 

Otro uso popular del aceite de menta es como expectorante, siendo aplicado junto a otros aceites o lociones en el pecho para estimular el descongestionamiento de las vías respiratorias

  • Cosmético: el aceite de menta cuenta también con efecto astringentes, por lo cual es especialmente útil como tonificador y reduciendo la visibilidad de los poros de la piel del rostro. Su efecto analgésico y desinflamatorio es ideal para aliviar el enrojecimiento y la inflamación de la piel.

Utilizado en shampoos, el aceite de menta puede estimular el cuero cabello al mismo tiempo que ayuda a eliminar los residuos de la caspa. El poder estimulante de esta sustancia promueve la renovación de la piel, por lo cual es excelente en el tratamiento de la insolación. 

  • Aromaterapia: la inhalación de los vapores de aceite de menta tiene un potente efecto expectorante, facilitando la respiración en los cuadros de gripe y resfriado, así como en aquellas personas que sufren de sinusitis.

El uso de aceite de menta también es capaz de estimular la circulación, promover la relajación, mejorar el estado de ánimo, promover la capacidad de concentración y aumentar los niveles de energía. También puede ayudar a aliviar los dolores de cabeza.  

  • Limpieza del hogar: esta sustancia tiene reconocidas propiedades antimicrobianas. Emplear una solución diluida de este aceite puede ayudar a desinfectar el hogar y eliminar malos olores. Adicionalmente, el aceite de menta puede mantener a raya a ciertos insectos, siendo un efectivo repelente e insecticida. 

Beneficios del uso del aceite de menta

Gracias a su composición, el aceite de menta tiene numerosos beneficios para el cuerpo humano. Los principales compuestos químicos presentes en esta sustancia son: 

  • Mentol
  • Menthone
  • 1,8-Cineol
  • Acetato de mentilo
  • Isovalerato
  • Pineno
  • Limoneno

El mentol y el menthone son los compuestos más activos en el aceite de menta: estos son especialmente conocidos por sus propiedades analgésicas y desinflamatorias. Además, el menthone posee además capacidades antisépticas. 

Gracias a estos compuestos, el uso regular de este aceite ha gozado popularidad desde hace miles de años. Este aceite esencial puede traer grandes beneficios a nuestra salud y nuestro entorno. A continuación se explican cuales son los principales beneficios del uso del aceite de menta: 

  • Tratamiento de los síntomas del colon irritable: probablemente uno de los beneficios más estudiados del aceite de menta es su capacidad de apaciguar los síntomas del colon irritable. El consumo de suplementos de aceite de menta ha demostrado tener un impacto positivo en el alivio del dolor abdominal y otros síntomas comunes de esta condición crónica.

Aún no se ha logrado determinar con exactitud de qué manera el aceite de menta puede aliviar estos síntomas, no obstante podría estar relacionado con sus propiedades relajantes y desinflamatorias, calmando la musculatura del tracto intestinal, o con sus propiedades antibacterianas, regulando la actividad de la flora intestinal. 

  • Tratamiento de otras afecciones gastrointestinales: el mentol presente en el aceite de menta ha sido utilizado junto con extractos de alcaravea en el tratamiento efectivo de la dispepsia funciona, una condición que se manifiesta mediante la hinchazón y los dolores en la zona estomacal. 
  • Alivio de las náuseas: estudios preliminares vincularon la inhalación de aceite de menta en una reducción de la sensación de náuseas en pacientes postoperatorios. Si bien los primeros resultados fueron prometedores, aún hacen falta más investigaciones que sustenten estos beneficios. 
  • Analgésico: el uso del aceite de menta en el tratamiento de los dolores asociados a las migrañas y los dolores de cabeza es bastante común. La aplicación de geles con base mentolada en la frente y las sienes ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de estas dolencias

De igual manera, el consumo de tabletas de aceite de menta ha demostrado cierta efectividad en el tratamiento de pacientes con dificultad para tragar y dolores de pecho no cardíacos.  

  • Alivio de la comezón en la piel y el cuero cabelludo: estudios han demostrado que la aplicación tópica de aceite de menta puede tener un impacto positivo en el alivio y la duración de la comezón. El uso de una solución diluida de aceite de menta también ha sido vinculada con una reducción de la sensación de comezón experimentada durante el embarazo.  

Otros experimentos conducidos en ratones evidenciaron que la aplicación de aceite de menta puede estimular el crecimiento del cabello, así como fortalecerlo, promoviendo la aparición de cabellos más gruesos. 

  • Combate de infecciones de hongos y bacterias: gracias a sus propiedades antimicrobianas, el aceite de menta a demostrado ser efectivo en la inhibición de ciertos tipos de bacterias y hongos.

Aún son necesarias mayores investigaciones que determinen adecuadamente el espectro de efectividad del aceite de menta: si bien algunas cepas de hongos y bacterias han resultado ser susceptibles a la acción de esta sustancia, otras han ofrecido importantes resistencias a la misma.  

Riesgos y precauciones del uso del aceite de menta

Aunque puede aportar grandes beneficios, el uso del aceite de menta debe hacerse tomando en cuenta ciertos factores. Según New Directions Aromatics, sitio especializado en la divulgación de información sobre aceites esenciales, estas sustancias no deben ser consumidas oralmente. Entre los síntomas que se pueden experimentar tras el consumo de aceite de menta están:

  • Acidez y reflujo
  • Nausea
  • Vómito

Por esta razón, si se pretende añadir un toque mentolado a las comidas, se recomienda encarecidamente emplear un extracto, una versión menos concentrada del aceite de menta. Un factor importante a tomar en cuenta a la hora de practicar aromaterapia es que puede ser tóxica para mascotas, niños y mujeres embarazadas. Debido a su naturaleza estimulante, el aceite de menta puede llegar a interferir con los patrones regulares de sueño.

Aunque sus beneficios son muchos, el uso prolongado y desmedido de aceite de menta puede ser tóxico: el pulegone, un compuesto presente en este aceite puede ser dañino para el cuerpo humano en altas concentraciones. Por esta misma razón, las aplicaciones tópicas de aceite de menta deben realizarse siempre a través de un aceite portador. 

Los síntomas que se pueden presentar ante una sobredosis de aceite de menta son los siguientes:

  • Sarpullidos
  • Problemas urinarios
  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Náusea
  • Vómitos 
  • Alteraciones en la respiración
  • Convulsiones
  • Depresión
  • Pérdida de la conciencia 

La aplicación tópica de aceite de menta puede provocar irritaciones y sarpullidos: para descartar cualquier posible reacción adversa o alérgica, se recomienda aplicar una pequeña dosis en la piel antes de una dosis mayor. Debido a los vapores que emana, se recomienda no utilizarlo cerca de los ojos, el oído y otras áreas sensibles. 

Fuentes

  • https://www.aafp.org/afp/2007/0401/p1027.html
  • http://www.acmicrob.com/microbiology/peppermint-and-its-functionality-a-review.php?aid=19955
  • https://www.newdirectionsaromatics.com/blog/products/all-about-peppermint-oil.html
  • https://www.healthline.com/health/benefits-of-peppermint-oil#side-effects

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.