El uso de aceites esenciales se remonta a cientos de años atrás. El aceite esencial de incienso es una sustancia muy conocida y utilizada en la aromaterapia, así como en el tratamiento de diversas condiciones de salud. Proveniente del lejano oriente, esta sustancia tiene gran cantidad de usos y beneficios.
El aceite de incienso se extrae de los árboles del género Boswellia, más concretamente de la resina de árboles Boswellia carterii, Boswellia ferreana y Boswellia serrata, originarios de lo que hoy en día conocemos como Somalia y Pakistán. Estos árboles se caracterizan por su capacidad de desarrollarse en suelos hostiles, con poca agua y en condiciones extremas.
También conocido como olibanum, esta sustancia tiene su origen en las regiones montañosas de la India, África y el Medio Oriente. Se caracteriza por tener un aroma leñoso y dulce, con toques especiados muy exóticos.
El aceite de incienso es ideal para ser inhalado, aplicado sobre la piel o como suplemento de alimentos y bebidas. Forma parte de la tradición medicinal de varias culturas, siendo utilizado principalmente para el tratamiento de la artritis, el cáncer, la indigestión, el asma y algunas afecciones bucales. Además, se le adjudican propiedades relajantes.
Historia del uso del aceite de incienso
El incienso ha sido tradicionalmente asociado a distintas religiones. En la religión cristiana, por ejemplo, fue uno de los primeros regalos que recibió Cristo de los Reyes Magos. El árbol de incienso es nativo de África y la Península Arábica del sur.. El aceite de incienso fue apreciado por las culturas orientales gracias a sus propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
Los primeros registros conocidos del uso del incienso son en la nación de Omán, cuya economía se basaba en el comercio de la resina aromática extraída del árbol de Boswellia. Gracias a las rutas comerciales, el incienso llegó a la región mediterránea, a la India y a China hace miles de años.
Durante la Edad Media, la quema de incienso era común en los rituales religiosos y los recintos sagrados: el penetrante aroma y el humo blanco liberado por esta sustancia al arder era especialmente valorado como parte del rito cristiano.
Igualmente, el aceite de incienso era empleado en la elaboración de perfumes y productos cosméticos, además de ser utilizado en el proceso de momificación de los egipcios. Hoy en día, el uso de esta sustancia aún se encuentra presente en diversas culturas orientales y africanas en Somalia, Etiopía, Arabia y la India.
Además de sus propiedades cosméticas y medicinales, a esta sustancia se le adjudican cualidades purificadoras para el hogar y la ropa, además de promover la buena salud. En la medicina ayurvédica, el aceite de incienso es utilizado para tratar heridas, aliviar los síntomas de la artritis y balancear los niveles hormonales en las mujeres, además de un medio para purificar el ambiente.
Su nombre anglosajón “frankincense” proviene del término francés “franc encens”, que puede ser interpretado como “esencia pura” o “incienso puro”. El aceite de incienso se caracteriza por su aroma leñoso, con cierto toque terroso y notas especiadas y matices frutales. Algunos comparan la potente fragancia del incienso con el regaliz.
¿Cómo se obtiene el aceite de incienso?
El cultivo de los árboles de incienso se realiza en suelos secos: estos árboles prosperan en ambientes rocosos y desérticos y no necesitan grandes cantidades de suelo. La calidad del incienso obtenido de los árboles depende de las condiciones climáticas y ambientales, además del periodo de cosecha.
Las resinas obtenidas de los árboles de Boswellia varían entre un color claro casi transparente y uno dorado o ámbar. Las resinas de más alta calidad y pureza son aquellas que tienen una coloración transparente o plateada con un toque verdoso. Las resinas ambarinas son las más comunes en el mercado occidental.
Para cosechar la resina de incienso los agricultores deben realizar una serie de incisiones en el tronco del árbol hasta que secrete una sustancia lechosa, que se acumula y forma pequeñas lágrimas. Las gotas de resina son dejadas al menos 10 días en el tronco para que se sequen, periodo después del cual son removidas del tronco y dejadas un tiempo adicional para que se endurezcan.
Para obtener resinas de la más alta calidad, el tronco del árbol recibe un máximo de tres incisiones. Cualquier corte más allá de estos puede dañar el árbol, afectando su capacidad productiva y necesitando un periodo de recuperación y regeneración.
Una vez seca, la resina tiene la apariencia de pequeñas rocas traslúcidas e irregulares. Estos cristales son llevados a la destilería, donde son triturados y convertidos en un polvo que se añade a un aceite.
La mezcla de incienso y aceite atraviesa un proceso de destilación al vapor o extracción con CO2, lo que da como resultado una sustancia aromática que retiene los componentes esenciales de la resina de incienso.
Por lo general, se recomienda utilizar aceite de incienso extraído con CO2, ya que la destilación al vapor aplica cierta temperatura a la sustancia que podría afectar sus cualidades cosméticas y terapéuticas.
Usos del aceite de incienso
El aceite de incienso de una sustancia muy versátil. Gracias a su penetrante aroma, uno de los principales usos de este aceite es a través de la aromaterapia. No obstante, las aplicaciones tópicas también son bastante populares. A continuación, se explican cuales son los principales usos del aceite de incienso:
- Cosmético: como cosmético, el aceite de incienso puede ayudar a reducir los signos del envejecimiento así como a emparejar la tonalidad de la piel. Gracias a sus propiedades astringentes y citofilácticas, el aceite de incienso puede ayudar estimular el desarrollo de nuevas células, lo que además promueve la curación.
El aceite de incienso puede ser diluído en lociones y cremas para el cuidado de la piel, o como ingrediente activo de cosméticos caseros.
- Aromaterapia: la inhalación de los vapores del aceite de incienso puede ayudar a liberar las vías respiratorias, funcionando como un excelente expectorante. Además, su fragancia tiene un efecto relajante, combatiendo los síntomas del estrés, la ansiedad, al mismo tiempo que mejora el estado de ánimo y la concentración.
- Medicinal: el aceite de incienso puede ayudar a reducir la inflamación en la piel, reduciendo el enrojecimiento, la hinchazón y la comezón. Además, tiene cualidades desinfectantes, ideales para el tratamiento de heridas y cortaduras. Su consumo puede ayudar a aliviar las flatulencias y estimular la circulación.
Para usar el aceite de incienso tópicamente, se recomienda diluirlo en un aceite neutro portador, como el aceite de coco, el de jojoba o el de semilla de uva. Para inhalar sus vapores se puede añadir un par de gotas de este aceite a un difusor o un vaporizador. También se puede diluir en agua y utilizarlo como un spray para todo el hogar.
El aceite de incienso también puede ser utilizado como agente limpiador combinado con otras sustancias. Mezclado con aceite de tomillo y diluido en agua es un excelente limpiador de superficies.
Beneficios del uso de aceite de incienso
El uso de aceite de incienso se remonta cientos de años atrás. Sus aplicaciones terapéuticas forman parte de la tradición medicinal de diversas culturas. Hoy en día, cada vez más conocidos los impactos positivos de esta sustancia sobre el organismo. Según medios especializados, estos son los principales beneficios del uso de aceite de incienso:
- Alivio de los síntomas de la artritis: una de las cualidades más conocidas del incienso es su efecto antiinflamatorio. Según investigaciones, el uso de aceite de incienso puede ayudar a prevenir la liberación de leucotrienos, compuestos bioquímicos vinculados a la inflamación.
Por esta razón, la aplicación sistemática de aceite de incienso puede ayudar a aliviar la inflamación en las articulaciones característica de enfermedades como la artritis reumatoide y la osteoartritis.
- Mejora en el funcionamiento intestinal: gracias a las propiedades antiinflamatorias del aceite de incienso, esta sustancia podría ayudar a promover el correcto funcionamiento del aparato intestinal.
Según estudios realizados, el uso de suplementos de incienso podría ser un tratamiento efectivo para condiciones como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerativa, dos condiciones relacionadas con la inflamación intestinal.
- Alivio del asma: el efecto del aceite esencial de incienso sobre los leucotrienos puede ayudar a aliviar los síntomas del asma y la bronquitis. Estos compuestos están vinculados con la contracción de los músculos bronquiales en el asma. La inhibición este efecto podría ayudar a aliviar esta enfermedad.
El aceite de incienso ha sido utilizado en la medicina tradicional para el alivio de estas afecciones desde tiempos inmemorables, ayudando a recuperar la capacidad respiratoria y evitar los jadeos.
- Mantenimiento de la salud bucal: el uso de aceite de incienso podría ayudar a evitar el desarrollo del mal aliento, dolores de muelas, llagas y caries. El ácido boswélico presente en esta sustancia tiene una poderosa acción antibacteriana, lo cual ayudaría a combatir las infecciones orales vinculadas con estas dolencias. Además, podría ser efectivo en el tratamiento de la gingivitis.
- Anticancerígeno: según estudios realizados, los ácidos boswelicos presentes en el aceite de incienso podrían inhibir la capacidad de algunas células cancerígenas de replicarse. Otros estudios apuntan a la posibilidad de evitar la formación de ADN en estas células, lo cual pondría una barrera en el desarrollo de estas enfermedades.
Según los resultados obtenidos en laboratorio, los compuestos del aceite de incienso podrían ser capaces de distinguir entre las células cancerígenas y las células sanas, atacando únicamente a las dañinas.
Las investigaciones apuntan a que el uso de aceite de incienso podría ayudar a combatir el cáncer de mamas, de próstata, de páncreas, de piel y del colon. Por otro lado, podría ayudar a disminuir los efectos secundarios de otros tipos de cáncer.
Riesgos y precauciones del uso de aceite de incienso
El uso de aceite de incienso es en líneas generales bastante seguro para la mayoría de las personas. Ha sido utilizado durante de miles años sin mayores efectos secundarios. Si bien altas dosis de esta sustancia pueden ser tóxicas en roedores pequeños, para humanos el umbral de toxicidad es bastante alto.
Los efectos secundarios más comunes del uso o consumo de aceite de incienso son náuseas y reflujo. En caso de mujeres embarazadas y lactantes, se recomienda evitar su uso. Algunos estudios sugieren que el uso de esta sustancia podría derivar en un aborto espontáneo.
El aceite de incienso además podría tener ciertas interacciones con algunos medicamentos, especialmente aquellos con efectos antiinflamatorios, anticoagulantes y reguladores de los niveles de colesterol. En caso de estar bajo medicación, se recomienda consultar con un especialista antes de iniciar cualquier tratamiento con aceite de incienso.
En general, no se recomienda la ingesta de aceite de incienso en su forma más pura. El consumo de esta sustancia siempre debería estar supervisada por un especialista.
La aplicación tópica del aceite de incienso puede despertar ciertas reacciones alérgicas o irritaciones en la piel. Se recomienda diluirlo en un aceite portador antes de utilizarlo. De igual forma, es recomendable realizar una prueba pequeña en una zona controlada de la piel para descartar posibles reacciones adversas.