Remedios Caseros para la Gripe

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¿Qué es la gripe?

La gripe es una enfermedad de tipo infeccioso, causada por el virus Influenza. Se trata de una afección altamente contagiosa dada la facilidad con la que se transmite de unos individuos a otros. Se transmite con mayor frecuencia en las estaciones más frías del año.

El virus de la gripe puede ser de tres tipos: A, B y C. Este último no es epidémico y los síntomas que presentan son más leves que en los otros dos casos. El tipo B se produce en brotes localizados. Y, por otra parte, el tipo A es el que presenta mayor grado de variación recibiendo distintas denominaciones de subtipo.

Estas variaciones se producen por la mutación de las proteínas H y N (antígenos), lo que impide que las personas se vuelvan inmunes a esta enfermedad una vez que la han padecido, pues los anticuerpos producidos por el cuerpo para combatir un ataque son inservibles para defenderse al año siguiente.

Entre los grupos de población con mayor riesgo de contagio se encuentran los niños en etapa escolar y los adultos a partir de los 65 años, para los que se realizan campañas de vacunación una vez al año.

El contagio se produce por la saliva que sale proyectada al aire al estornudar un individuo infectado, esta se queda flotando en el ambiente o se posa sobre las superficies cercanas, al entrar en contacto con un nuevo individuo se produce la infección.

El gran problema de esta enfermedad radica en la posibilidad que tiene el virus de mutar para adaptarse a distintas especies, se han dado casos de infección entre aves, cerdos, vacas y el ser humano. Esta condición vuelve al virus en un agente infeccioso difícil de exterminar.

Causas de la gripe

Normalmente la infección tarda en manifestar síntomas de 1 a 4 días, durante este periodo de tiempo un individuo portador puede contagiar a otros con el virus.

Los entornos cerrados en los que conviven grupos numerosos de personas es común que se produzca el contagio de manera exponencial llegando a constituir una epidemia. Estos lugares suelen ser centros educativos escolares, asilos y residencias de ancianos y lugares muy concurridos en general.

Síntomas de la gripe

Esta afección suele confundirse con el resfriado, pero en el caso de la gripe las alteraciones en la mucosa respiratoria se producen en un breve lapso de tiempo, lo que hace que los síntomas aparezcan con mayor intensidad y además estos se prolongan durante más tiempo. Algunos de las señales que manifiesta esta enfermedad son:

Fiebre (Por encima de los 38 grados)
Tos
Escalofríos
Mucosidad abundante
Dificultad para respirar
Dolor de cabeza y garganta
Cansancio, dolor muscular y malestar físico general
Falta de apetito
Malestar estomacal (vómito y diarrea) en el caso de los niños

Estos síntomas suelen remitir pasados unos días, aunque pueden prolongarse hasta las dos semanas. Sin embargo, es importante prestarle atención ya que si no se cura puede devenir en afecciones más graves (cuadros de asma, bronquitis o neumonía), sobre todo en los individuos pertenecientes a los grupos de riesgo.

Tratamiento para la gripe

Es común recibir información a través de los medios y el gobierno cuando se acercan las estaciones frías del año, se realizan campañas de vacunación y se alerta a la población para que extreme cuidados con el fin de prevenir el contagio.

Normalmente se aconseja recurrir al uso de la vacuna en caso de las personas mayores y los niños, sin embargo, esta medida es opcional.

También es común el uso de fármacos para paliar los síntomas producidos, los cuales son más efectivos si se consumen durante los tres primeros días de la enfermedad, pudiendo llegar a reducir incluso el tiempo de padecimiento.

Como siempre, se recomienda seguir una serie de consejos básicos que ayudarán a mantener la salud y prevenir el contagio, o en caso de haber sido ya infectados, disminuir los síntomas. Algunos de ellos son:

Beber líquidos en abundancia.
Descansar el tiempo necesario.
Mantener la higiene de objetos de uso común como las manijas de las puertas, juguetes, teléfonos, etc.
Lavarse las manos con regularidad.
Cubrirse bien la boca y la nariz al estornudar o toser.
Tirar a la basura los pañuelos desechables inmediatamente después de haber sido usados.
No compartir con otras personas cubiertos ni vasos.
Mantener las estancias bien ventiladas y permitir el paso del sol en ellas.
Reducir el contacto físico con otras personas.
Consumir alimentos calientes. El cuerpo usa el calor para combatir al virus (este es el motivo por el que se produce la fiebre).