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¿Qué son los aceites?

Los aceites son productos esenciales en la dieta de los seres humanos. Esta palabra se utiliza tradicionalmente para hacer referencia a una serie de fluidos grasos, como el aceite de oliva. De hecho, la palabra aceite proviene del árabe ‘az-zait’, cuyo significado es ‘jugo de aceituna’.

A día de hoy, la palabra aceite se utiliza para denominar una amplia variedad de líquidos grasos con diversidad de orígenes pero características comunes. Una de las características esenciales de los aceites es su incapacidad de disolverse en agua, ya que poseen una densidad menor que esta.

Los aceites tienen una gran cantidad de orígenes diferentes, y normalmente se clasifican según su procedencia. De esta manera se reconocen distintos tipos de aceite cómo los vegetales, animales y minerales, según su origen.

Dependiendo del tipo de aceite, sus aplicaciones serán distintas: mientras que los aceites de origen vegetal y animal son empleados principalmente en la cocina, los aceites minerales son de gran utilidad en la industria, empleados como lubricantes. Ambos tipos de aceite son utilizados también en la industria cosmética. 

Además de esto, existen los aceites esenciales: estos son igualmente de origen vegetal, pero son altamente concentrados y poseen aplicaciones terapéuticas. Los aceites esenciales son preciados tanto en la industria cosmética como en la medicina alternativa. Otra característica común de todos los aceites es su composición: vegetales o no, estos presentan una composición rica en lípidos, lo cual les otorga su textura grasosa. 

Tipos de aceites

Los aceites se pueden clasificar en función de su origen. A continuación, se ofrece una explicación detallada de los principales tipos de aceite aptos para el consumo humano, sus beneficios, recomendaciones y contraindicaciones. 

Aceites vegetales

Este tipo de aceites son los más conocidos: los usamos constantemente en la cocina para freir, sofreir, como aderezo y base para vinagretas y salsas. Los aceites vegetales, como su nombre lo indica, se caracterizan por ser obtenidos a partir de plantas, frutos, semillas y demás productos de origen vegetal. 

Los aceites vegetales son una fuente importante de ácidos grasos no saturados, que contienen además considerables de vitamina E. el aporte calórico de estos aceites es de unos 900 kilocalorías por cada 100 gramos, por lo cual deben ser consumidos con moderación.

Aunque la vitamina E es uno de los principales nutrientes contenidos en los aceites vegetales, estos también suelen ofrecer grandes cantidades de vitamina A y D, así como polifenoles antioxidantes. 

Es importante señalar que por sus características químicas, es imposible encontrar en los aceites vegetales vitaminas hidrosolubles como la vitamina C o aquellas pertenecientes al complejo B. Las vitaminas que si podemos obtener a través del aceite son todas solubles en grasas. 

Históricamente, el uso de aceites vegetales se remonta a las civilizaciones griegas y egipcias. En Egipto, el aceite extraído de la semilla de ajonjolí era ampliamente utilizado, mientras que los griegos rendían culto al árbol de olivos, de donde cosechaban las aceitunas de las que extraían el aceite de oliva. 

Estas civilizaciones utilizaban estos aceites no solamente como un producto alimenticio, sino que lo empleaban en rituales religiosos y como combustible para el alumbrado. 

Hoy en día el uso de los aceites vegetales no se limita a la cocina. Al ser ácidos grasos no saturados, los aceites vegetales son capaces de hidratar y regenerar la piel. Esto los hace muy útiles a la hora de ser aplicados en masajes.

Listado de aceites vegetales

En función de la planta, semilla, grano o fruto de origen, los aceites vegetales pueden tener características muy particulares. A continuación, serán enlistados los principales tipos de aceites vegetales, así como sus características particulares según especialistas de la universidad de Ohio. 

Aceite de oliva virgen extra

Probablemente la alternativa más sana a la hora de cocinar empleando aceites vegetales. El aceite de oliva extra virgen se caracteriza por ser la variedad menos procesada de los aceites de oliva. Esto garantiza que se conserve la totalidad de sus propiedades y sus beneficios a la salud.

Otras versiones del aceite de oliva, aunque conservan el característico sabor frutal de este aceite, no mantienen las propiedades nutricionales del mismo. Por esto, la variedad extra virgen es la mejor opción a la hora de consumirlo.

Los aceites de oliva extra vírgenes son ricos en antioxidantes, así como contener en su mayoría ácidos grasos monoinsaturados y también poliinsaturados en menor medida. Estos componentes ayudan a preservar la salud cardiaca. Además, el contenido de vitamika K y vitamina E ayuda a prevenir la aparición de coágulos en la sangre y mantener los vasos sanguíneos y la piel sanos, respectivamente. 

En la cocina, el aceite de oliva extra virgen es un ingrediente muy versátil. Puede ser utilizado como base para vinagretas y aderezos, así como condimento para sandwiches y otros platillos. También puede ser empleado en el proceso de cocción, ideal para preparar sofritos y dorar alimentos rápidamente.

Es necesario tener en cuenta que el punto de humeo del aceite de oliva es relativamente bajo, por lo cual utilizado a altas temperaturas producirá bastante humo. El calor también afecta ligeramente su sabor, por lo cual las notas frutales características serán un poco más suaves.

Aceite vegetal

A pesar de ser el nombre por que el se conoce toda una categoría de aceites, en el mercado es posible encontrar productos bajo esta etiqueta. Normalmente, estos son una mezcla de otros aceites tales como el aceite de canola, de maíz, de semilla de algodón, palma, soja, girasol y cártamo. 

Debido al hecho de que son el resultado de una mezcla de distintas sustancias, es difícil determinar las características nutricionales de estos aceites, así como sus aplicaciones y comportamiento en la cocina. Diferentes marcas emplean distintas composiciones y proporciones en sus productos, lo cual dificulta esta tarea. 

Aceite de canola

El aceite de canola es aquel que se extrae de las semillas de colza o canola. Como todos los aceites vegetales, este producto es rico en vitaminas y ácidos grasos insaturados, además de poseer un aporte calórico bastante elevado.
Es una alternativa bastante sana gracias a su poco contenido de grasas saturadas.

En la cocina, el aceite de canola presenta un alto punto de humeo, por lo cual no se descompone ni se quema sino a hasta alcanzar temperaturas extremas. Esto lo hace ideal para freír, saltear y hornear. Igualmente, puede ser utilizado como aderezo para salsas y ensaladas. 

Aceite de linaza

Este aceite es extraído de las semillas se la planta del lino. El aceite de linaza es un alimento bastante sano, aunque es notablemente menos versátil que otros aceites vegetales. 

Normalmente el aceite de linaza es consumido como un suplemento nutricional, o utilizado como aderezo para ensaladas y otras preparaciones. Por su composición, este aceite no suele ser empleado en procesos de cocción. 

El aceite de linaza además es bastante delicado, y se pone rancio muy rápidamente (tras unas cinco semanas del momento de la cosecha), por lo cual su consumo debe ser bastante concienzudo. Para preservarlo se recomienda mantenerlo en un recipiente oscuro y hermético dentro del refrigerador.

A pesar de su corta vida útil, el aceite de linaza es una rica fuente de ácidos grasos de omega 3, que ayuda a preservar la salud cardiaca y mejora el estado del sistema circulatorio. Además, es muy apreciado por su sabor, cercano al de las nueces.

Aceite de palma

Probablemente una de las alternativas menos sana a la hora de consumir aceites vegetales. Este aceite proviene de los frutos de la palma cultivados en África y en el sureste asiático. Es bastante utilizado en la industria alimenticia, así como en la industria cosmética. 

En la cocina, el aceite de palma se utiliza principalmente para freír y como material graso de otras recetas. Su uso no es muy recomendable dado su alto contenido en grasas saturadas, que tienen un impacto negativo en la salud al aumentar los niveles de LDL (el colesterol malo).

Aceite de coco

Como su nombre lo indica, este aceite es extraído del fruto maduro del cocotero. Este aceite se caracteriza por estar compuesto principalmente de grasas saturadas, lo cual es evidente por el hecho de que se solidifica a temperatura ambiente. 

El aceite de coco virgen es rico en ácido láurico: este ácido graso de cadena medio es capaz de elevar los niveles tanto del colesterol HDL (el bueno) como del LDL (el malo). Su contenido de grasas saturadas puede llegar a ser mayor que el del aceite de palma.

Al momento de cocinar, el aceite de coco es utilizado principalmente por su sabor, que añade un toque dulce y tropical a las preparaciones. Suele ser empleado además como sustituto del material graso o la mantequilla en recetas veganas. Es un excelente acompañante para ensaladas, así como pescados y curry. 

Aceite de sésamo

Este aceite tiene un balance adecuado de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, por lo cual es una alternativa bastante sana. Además, es una rica fuente de vitamina K, que ayuda a prevenir la aparición de coágulos en el torrente sanguíneo. 

Extraído de las semillas de sésamo, este aceite es esencial en la cultura culinaria de algunas regiones de la India, así como del Medio Oriente, de África y del sudeste asiático. Aunque se puede utilizar para realizar frituras, es empleado principalmente como aderezo gracias a su sabor similar a nueces. 

Aceite de aguacate

Quizás una alternativa no tan conocida pero increíblemente sana, este aceite se extrae del fruto del aguacate y se caracteriza por su color verdoso, similar a la pulpa de la fruta. 

Su composición, rica en ácidos monoinsaturados y poliinsaturados, lo convierten en un gran aliado a la hora de controlar los niveles de colesterol, ya que aumenta los niveles del colesterol HDL (bueno) al mismo tiempo que disminuye los de LDL (malo). Además, es rico en vitamina E, que tiene propiedades antioxidantes. 

Sus características son similares a las del aceite de oliva, aunque posee un punto de humeo muy superior. Gracias a esto, el aceite de aguacate es más adecuado para cocinar frituras y realizar salteados. Además, su sabor aporta mucho al ser utilizado como aderezo.  

Recomendaciones de uso de los aceites en la cocina

El uso de aceites es bastante común: son muchas las comidas que pueden ser preparadas con la ayuda de esta sustancia. No obstante, si no los usamos de la manera adecuada existe la posibilidad de que no estemos aprovechando los valores nutricionales de los aceites y más bien terminemos afectando nuestra salud. 

Para utilizar correctamente los aceites y sacar el mejor provecho de sus propiedades, es necesario comprender sus características. Todos los aceites poseen un punto de humeo, también conocido como punto crítico o de fusión. Este punto, identificado con una temperatura específica, representa el punto hasta el que el aceite conserva sus propiedades intactas.

Al alcanzar el punto de humeo, los ácidos grasos del aceite comienzan a descomponerse, lo cual puede generar la aparición de grasas trans, muy perjudiciales para la salud, así como la degradación de sus valores nutricionales. 

Por esta razón, es recomendable conocer las características del aceite a ser empleado. Por ejemplo, el aceite de oliva común, el de coco y el semillas de uva tienen puntos de humeo mayores a los 180ºC, por lo cuales son adecuados para realizar sofritos y frituras.

Otros aceites, como el de girasol y el de canola no refinados, así como el aceite de oliva extra virgen tienen puntos de humeo inferiores a 160ºC, por lo cual no se recomienda cocinar con ellos sino emplearlos como aderezos, aliño o bases para otras preparaciones crudas. 

Si se toma en cuenta esta característica esencial de los aceites, es posible sacar el máximo provecho de sus propiedades nutricionales, así como conservar su sabor y aroma a la hora de consumirlos. 

Aceites esenciales

Los aceites esenciales son un tipo de aceites caracterizado por ser extraídos a partir de tejido vegetal y por poseer una gran cantidad de compuestos químicos concentrados que pueden tener un impacto positivo para la salud. 

Estos aceites son utilizados principalmente en la elaboración de remedios caseros. El uso de estas sustancias para tratar distintas afecciones de salud se remonta miles de años atrás: según señalan especialistas de la Universidad de Ohio, existen prácticas provenientes del antiguo Egipto que implican la quema de cortezas, hierbas y especias a modo de inciensos. 

Estas prácticas milenarias son los antecedentes más remotos de la aromaterapia, uno de los usos principales que se le dan a los aceites esenciales hoy en día. Hoy en día, la aromaterapia es un negocio global que reporta ganancias de más de 12 mil millones de dólares.

Los aceites esenciales se consiguen normalmente a partir del destilado de distintas partes de las plantas. Para extraer el aceite, se separan los elementos de la planta con base de agua de aquellos con base oleosa mediante la aplicación de vapor. Las partes más comunes utilizadas para destilar aceites son las flores, las hojas, las raíces, las resinas, la corteza y las cáscaras de los frutos. 

Los aceites esenciales tienen la peculiaridad de conservar las propiedades de la planta de la que son extraídos: así, son capaces de generar bienestar y alivio en el organismo. Los aceites esenciales también pueden ser extraídos de semillas y otros elementos vegetales: estos aceites son un reservorio energético de las plantas. 

Existe una enorme variedad de aceites esenciales, no obstante, no todos son aptos para el consumo humano. Otros aceites esenciales son empleados directamente en la alimentación, o aprovechados por la industria cosmética. Los productos cosméticos y remedios que procuran evitar el uso de elementos químicos sintéticos generalmente recurren al uso de aceites esenciales como ingredientes principales. 

Hoy en día, los aceites esenciales han adquirido popularidad como una alternativa a las medicaciones convencionales: pacientes que sufren de enfermedades crónicas y trastornos de ansiedad buscan en estas sustancia una alternativa a los opioides, cuyo riesgo de generar dependencia es bastante elevado. 

A pesar de esto, los aceites esenciales aún no son reconocidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y por lo tanto, no se encuentran regulados. Por esto, no todos los aceites esenciales son creados bajo los mismos estándares, lo cual puede afectar su rendimiento. 

Beneficios de los aceites esenciales

Los aceites esenciales son conocidos por ofrecer una gran cantidad de beneficios. Existe una variedad tan amplia de aceites que los beneficios podrían parecer infinitos. Algunos especialistas en estas poderosas sustancias se han dedicado a la divulgación las propiedades benéficas de estos aceites. 

A continuación, se presentan algunos de los beneficios más importantes que se pueden conseguir mediante el uso de aceites esenciales: 

Balance de las hormonas

Existen aceites esenciales capaces de regular y balancear la concentración de algunas hormonas en el organismo. Estrógeno, progesterona, cortisol, tiroide y la testosterona son algunas de las hormonas que pueden verse afectadas por el uso de aceites esenciales

Estudios han demostrado que el uso de aceites esenciales de rosa y geranio pueden regular los niveles de concentración en las mujeres, lo cual puede impactar positivamente en el tratamiento de los síntomas de la menopausia. 

Otros aceites esenciales pueden impactar los niveles de cortisol, lo cual tiene una relación directa con el estado de ánimo. Estos aceites esenciales son utilizados para el tratamiento de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. 

Mejorar el sistema inmunológico y enfrentar infecciones

Una de las características principales de muchos aceites esenciales son sus capacidades antiinflamatorias, antivirales, antibacterianas, antisépticas y antifúngicas. 

Estas características son gracias a sus componentes: los terpenos, ésteres, fenólicos, éteres y cetonas encontrados en estos aceites tienen la capacidad de enfrentar patógenos y agentes externos que afecten nuestra salud. 

Los aceites esenciales se han convertido en una alternativa complementaria en la lucha contra las infecciones bacterianas. Así, ante la creciente preocupación a la resistencia de las bacterias contra los antibióticos, estas sustancias se han convertido en una nueva línea de batalla. 

Algunos de los mejores aceites esenciales para fortalecer el sistema inmunológico son los de orégano, mirra, jengibre, limón, eucalipto, menta, canela e incienso.

Ayudan a la digestión

Diversos estudios han vinculado el uso de aceites esenciales con una mejora en los procesos digestivos y el alivio en malestares estomacales. 

Algunos aceites esenciales se han mostrado efectivos en el tratamiento de los síntomas de la diarrea, la indigestión, los espasmos estomacales y condiciones crónicas como el síndrome del colon irritable. 

Adicionalmente, los aceites esenciales pueden ayudar a la digestión gracias a la estimulación de las enzimas digestivas que se encargan de descomponer y absorber los nutrientes de los alimentos que consumimos. 

Algunos de los aceites esenciales más efectivos para el aparato digestivo son el aceite de jengibre y el de menta. El aceite de jengibre ha demostrado ser efectivo en la eliminación de gases, el alivio de las nauseas y del dolor abdominal. El aceite de menta es especialmente útil para tratar los síntomas del síndrome de colon irritable. 

Otros aceites esenciales que han reportado beneficios al alivio de las afecciones estomacales son:  

  • Hinojo
  • Limoncillo
  • Mejorana
  • Pimienta negra
  • Bayas de enebro.

Aumentar los niveles de energía

La correcta oxigenación del cerebro tiene un impacto directo en el rendimiento del cuerpo humano. Algunos aceites esenciales son capaces de estimular el flujo de oxígeno, mejorando la capacidad de concentración y los niveles de energía.

Estudios han conectado el consumo de constante de aceite de menta con una mejora dramática en el rendimiento de atletas, así como en la reducción de la sensación de agotamiento físico. Otros aceites esenciales vinculados a un mejor rendimiento físico y mental son los de toronja, limón, limoncillo, eucalipto y romero. 

Mejora de la función cerebral

Así como pueden ayudar a mantener el cuerpo activo, algunos esenciales pueden tener un impacto positivo en el rendimiento de las habilidades cognitivas. 

Algunos aceites esenciales poseen efectos neuroprotectores, que han demostrado ser efectivos en el tratamiento de los síntomas de enfermedades neurodegenerativas tales como el Alzheimer y la demencia. 

Además, el abundante contenido de antioxidantes de algunos aceites esenciales inhibe el efecto de los radicales libres, lo cual ayuda a mejorar las funciones cerebrales y reducir la inflamación. 

Los aceites esenciales también son utilizados para el tratamiento de los síntomas de la ansiedad y la demencia: el aceite de lavanda, por ejemplo, ha demostrado ser efectivo como relajante y estimulante de la atención y el enfoque gracias a sus propiedades sedantes Otros aceites también pueden impactar la capacidad de aprendizaje y retención del conocimiento. 

Alivio del estrés emocional y la ansiedad

Ya se ha mencionado que algunos aceites tienen propiedades sedantes. Gracias a esto, muchos aceites esenciales son conocidos por su capacidad de reducir el estrés y la ansiedad e inducir una sensación de calma y relajación. 

Numerosos estudios han demostrado los efectos de sedantes de este tipo de aceites. En diversidad de situaciones, tales como en pacientes con depresión postparto, el uso de aceites esenciales han demostrado ser efectivos en la reducción de emociones negativas tales como la ansiedad, el estrés y la tristeza vinculadas a la depresión. 

Los aceites esenciales que han resultado más efectivo en el combate de los síntomas de la ansiedad y la depresión son la lavanda,  la camomila, la bergamota, el ylang ylang, la naranja, la rosa, el incienso y el vetiver. 

Alivio de los achaques y dolores

Una gran cantidad de estudios han demostrado que los aceites esenciales pueden ser efectivos en el tratamiento de dolores intensos, como malestares post operatorios, obstétricos y ginecológicos. 

La aplicación tópica de algunos aceites esenciales puede aliviar significativamente dolores físicos. Entre los mejores aceites esenciales utilizados en el tratamiento de este tipo de dolores está la lavanda, la menta, el eucalipto, la camomila, el romero, el incienso, el turmero, el jengibre, la mirra, la mejorana y el tomillo. 

Mejora en la salud de la piel y el cabello

El uso de aceites esenciales como producto cosméticos reporta increíbles beneficios en la salud de la piel y el cabello. Algunos aceites tienen la capacidad de aliviar irritaciones cutáneas, reducir las marcas del envejecimiento, combatir el acné y proteger contra la incidencia solar.

En cuanto al cuidado del cabello, los aceites esenciales pueden ayudar a engrosar el cabello, así como reducir los síntomas de la alopecia tanto en hombres como en mujeres. 

Entre las afecciones cutáneas que se pueden combatir con la ayuda de los aceites esenciales está la dermatitis, los eczemas y las lesiones ocasionadas por el lupus. Además, algunos de estos aceites ayudan a la cicatrización. 

Los aceites esenciales más efectivos para el tratamiento de la piel y el cabello son el aceite de lavanda, de camomila, de incienso, de árbol de té, de geranio, de mirra, de romero, de helicriso y de salvia. 

Reducción de toxinas

El uso de aceites esenciales puede ayudar a reducir los niveles de toxicidad en el cuerpo y en el ambiente. Algunos aceites esenciales tienen propiedades diuréticas, lo que ayuda a la limpieza del cuerpo mediante la orina.

Los aceites esenciales pueden ser utilizados tanto para una limpieza interna del propio cuerpo como para una limpieza profunda del hogar. Las propiedades antibacterianas de estos aceites garantizan una limpieza completa, acabando con los agentes patógenos y contaminantes presentes en el ambiente. 

Los mejores aceites para realizar una desintoxicación del cuerpo son aquellos extraídos del limón, de la toronja, el perejil, limoncillo, menta y jengibre. Para la limpieza del hogar, los aceites más efectivos son los de toronja, naranja, limón, limoncillo, eucalipto, canela, menta y de árbol de té

Alivio de dolores de cabeza y migrañas

Contrario a los medicamentos convencionales, los aceite esenciales atienden directamente la raíz de estos malestares en lugar de sus síntomas.

Los aceites esenciales han demostrado ser efectivos en una mejoría de la circulación y una reducción de los niveles de estrés, los que son típicamente la fuente de los dolores de cabeza y las migrañas. 

El aceite de lavanda ha sido ampliamente estudiado como alternativa para el tratamiento de estas dolencias. No obstante, no es el único aceite esencial eficaz contra el dolor de cabeza: los aceites de menta, de eucalipto y de romero también son bastante eficaces contra las migrañas. 

Promueve el sueño reparador

Las propiedades sedantes de algunos aceites esenciales no solamente son efectivos al tratamiento de los síntomas de la ansiedad y la depresión, sino que ayudan a aliviar los trastornos del sueño.

Aquellas personas que tengan problemas conciliando el sueño pueden encontrar en aceites como la lavanda un gran aliado para sentirse relajados y calmados al momento de dormir. Otros aceites que contribuyen a combatir el insomnio son la camomila, el ylang ylang, la bergamota y el vetiver.

¿Cómo funcionan los aceites esenciales?

A pesar de aún no estar regulados ni certificados por ninguna organización oficial, cada día los aceites esenciales ganan adeptos dentro y fuera de la comunidad científica. Constantemente se publican resultados de investigaciones que respaldan las afirmación realizadas sobre los beneficios de estas sustancias. 

De acuerdo a especialistas de la universidad de Ohio, los aceites esenciales tienen efecto sobre distintas dimensiones del cuerpo humano.

En primer lugar, los aceites esenciales tienen un impacto psicológico y farmacológico. Por otro lado, pueden hacer efecto a un nivel tópico y respiratorio, dependiendo del método de aplicación. 

La ingestión de los aceites esenciales no es recomendable, ya que los efectos pueden ser demasiado intensos. Así, sólo deben ser administrados de por vía oral bajo las indicaciones de un especialista. 

Uno de los principales métodos de funcionamiento de los aceites esenciales es psicológico: la aromateraìa ha demostrado ser especialmente efectiva en el alivio de los síntomas de trastornos ansioso-depresivos. Según los especialistas, las reacciones psicológicas a distintos aceites es completamente subjetiva: la respuesta emocional a ciertos aromas difiere de una persona a otra.

Así, algunos aceites esenciales terminar atados a ciertas sensaciones y momentos de la vida de algunas personas, por lo que pueden tener efectos particulares en ciertos pacientes. 

En un nivel fisiológico, las moléculas que ingresan al cuerpo al ser inhaladas se distribuyen en todo el sistema respiratorio, mientras que una porción se dirige al cerebro. 

En el caso de ser aplicados tópicamente, los aceites esenciales son absorbidos por la epidermis, la capa superior de la piel, y desde aquí pasan al torrente sanguíneo. Una vez en la sangre, los aceites esenciales actúan sobre las zonas que requieren del tratamiento hasta llegar al hígado, donde son metabolizados. 

Contraindicaciones del uso de aceites esenciales

Los aceites esenciales son sustancias con poderosas propiedades. Al ser extractos concentrados, en pequeñas dosis pueden acumular grandes cantidades de compuestos químicos. En la dosis adecuada, pueden ser increíblemente beneficiosos para el cuerpo humano. 

No obstante, el abuso de esta sustancia puede derivar en complicaciones de salud. Para evitar esto, es necesario hacer un uso concienzudo de los aceites esenciales, preferiblemente con la asesoramiento de un especialista del tema. 

Una característica a la que debemos estar atentos a la hora de consumir aceites esenciales es el margen terapéutico del aceite en cuestión. Este margen hace referencia a la dosis hasta la que se considera beneficiosa la sustancia. Así, los aceites con un margen terapéutico muy bajo deben ser utilizados con extremo cuidado, evitando ingerirlos directamente. 

Vinculado al margen terapéutico está la toxicidad: generalmente los aceites con los márgenes más bajos tienen los más altos índices de toxicidad. Por esta razón, se recomienda el consumo de algunos aceites por métodos indirectos (aromaterapia) y en dosis controladas. 

De igual manera, se recomienda aplicar primero una pequeña dosis tópica para comprobar posibles reacciones alérgicas o intoxicaciones. Una vez superada esta prueba, se debe proceder a aplicar la dosis especificada, procurando además no hacer un uso de más de dos semanas de estas sustancias. 

Los aceites esenciales no deben ser administrados en población susceptible tales como niños pequeños, mujeres embarazadas o lactantes (algunos aceites tienen propiedades abortivas) o ancianos debilitados. 

Aceites esenciales más comunes y sus usos

Hoy en día se conocen una gran cantidad de aceites esenciales. A continuación, se presenta un breve listado de los aceites más comunes en el mercado, así como sus usos más populares:

  • Bergamota: tratamiento de afecciones cutáneas y alivio de la ansiedad
  • Camomila: tratamiento del resfriado, la fiebre y las nauseas
  • Clavo: alivio de dolores dentales y analgésico natural
  • Eucalipto: descongestionante de las vías nasales y analgésico tópico
  • Incienso: potenciador del estado de ánimo y reducción del estrés
  • Lavanda: relajante e inductor del sueño
  • Orégano: tratamiento de afecciones cutáneas
  • Menta: prevención del resfriado y la gripe y energizante natural 
  • Limón: desinfectante natural para el hogar
  • Romero: fortalecimiento de la piel y el cabello y tratamiento para el dolor articular. 

Cómo utilizar los aceites esenciales

Debido a la alta concentración de componentes químicos en los aceites esenciales, la manera más segura de utilizarlos es diluirlos para su uso tópico o su inhalación directa. Los especialistas recomiendan que, de ser empleados tópicamente, lo mejor es emplear alguna sustancia adicional que actúe de barrera para evitar el contacto directo con la piel. 

Las principales recomendaciones son emplearlos mezclados con otros aceites (para masajes, por ejemplo), lociones o gel de aloe vera. En el caso de emplearlos como aditamento para el baño, es especialmente necesario pre mezclarlo, ya que de otra manera estos no se diluyen en el agua del baño (los aceites son insolubles en agua). 

Los mejores lugares del cuerpo para aplicar los aceites esenciales es en los pies, los brazos, las muñecas y el cuello. aplicándolos detrás de las orejas también se obtienen resultados satisfactorios, logrando una buena absorción de los aceites esenciales. 

En el caso de inhalar los aceites esenciales, los mejores métodos son con difusores con base de agua. Por otro lado, los difusores que no emplean agua son ideales para aquellas personas que sufren de trastornos respiratorios o inmunodepresivos, ya que se reduce el riesgo de sufrir una infección por bacterias transportadas en el agua.