Aceite de ajo

Uno de los ingredientes más utilizados alrededor del mundo, el ajo (Allium sativum L) es una planta proveniente de la región central de Asia. Valorando mundialmente como uno de los principales medios para aportar sabor a las comidas, el ajo también posee importantes propiedades medicinales y digestivas

En las culturas asiáticas, el uso de ajo para el tratamiento de diversas afecciones es una práctica común y tradicional. El aceite de ajo, obtenido a partir de los pequeños frutos de esta planta es una sustancia que hereda muchas de las propiedades medicinales y culinarias del ajo. 

El aceite de ajo se caracteriza por ofrecer una concentración ligeramente menor de los componentes activos del ajo. A pesar de esto, es una sustancia con grandes beneficios para la salud, gracias a su alto contenido de alicina, compuestos de sulfuro, aminoácidos clave, además de enzimas, ajoenos y diversos compuestos antioxidantes. 

aceite de ajo

¿Cómo se obtiene el aceite de ajo?

El aceite de ajo, a diferencia de otros aceites obtenidos de distintos frutos y semillas, no se extrae del interior del ajo sino a partir de la infusión de un aceite con los dientes de ajo. De esta manera, este aceite no es un derivado directo del ajo; las propiedades del ajo son transferidas a un aceite que se utiliza como medio portador.

Los métodos más efectivos para obtener aceite de ajo son a través de la destilación por vapor de los dientes de ajo frescos o por el remojo de estos en un aceite portador, lo que permite el traspaso de los componentes nutricionales de los dientes al aceite. 

El aceite de ajo puede ser elaborado fácilmente en casa. Algunos métodos contemplan además del remojo una ligera cocción de los dientes en el aceite mediante la aplicación de calor indirecto. De esta manera se logra un mayor control sobre los sabores extraídos de los dientes de ajo, que varían en función del punto de cocción. 

En general, cualquier tipo de aceite puede ser utilizado para hacer aceite de ajo. Dependiendo del que se utilice, la sustancia resultante obtendrá distintas propiedades. Una de las principales características a tener en cuenta a la hora de escoger un aceite para hacer aceite de ajo es su estabilidad ante el calor: de esto dependerá que tan útil sea el producto en la cocina.

Usos del aceite de ajo

Dadas las propiedades tanto medicinales como culinarias, el aceite de ajo es utilizado dentro y fuera de la cocina. Como remedio, el aceite de ajo es apreciado en el tratamiento de los síntomas de enfermedades tales como la obesidad, los desórdenes metabólicos y la diabetes, así como para tratar la alta presión sanguínea, la indigestión, la anemia y la artritis.

Otras condiciones médicas en las que se suele utilizar el aceite de ajo son casos de inmunodeficiencia, congestión, la gripe y el resfriado, los dolores de cabeza y los trastornos del sistema digestivo, como la constipación y la diarrea. Además, el aceite de ajo es un buen suplemento alimenticio para balancear la ingesta de nutrientes. 

El aceite de ajo puede ser ingerido a través de tabletas y cápsulas, aunque esto reporta menor cantidad de ingredientes activos de ajo que su consumo directo. En la cocina, el aceite de ajo tiene una gran cantidad de usos.

Esta sustancia es la base perfecta para aderezos de ensaladas y para preparar salsas para pastas. Además, es ideal para dar el toque final a los vegetales cocidos, sopas y estofados: este aceite hereda el sabor de los dientes de ajo y añade nuevas dimensiones a los platos en los que es utilizado.

El aceite de ajo, gracias a su característico sabor, es ideal para la preparación de mayonesas caseras. También es popular su uso en platillos como el hummus, o como sustituto del aceite de oliva en preparaciones tradicionales italianas, como la focaccia. 

Beneficios de salud del aceite de ajo

Se ha mencionado que el uso del ajo como medicina tiene antecedentes en las tradiciones provenientes de Asia central.  Hoy en día, el consumo de este alimento aún es profundamente valorado precisamente gracias a sus propiedades nutricionales y sus valores medicinales. 

El aceite de ajo hereda los principales componentes activos del ajo, y por ende, su consumo también reporta grandes beneficios para la salud. A continuación, se explican cuales son los beneficios del consumo de aceite de ajo según los especialistas:

  • Mejora de las funciones digestivas: gracias a su alto contenido en antioxidantes y su naturaleza estimulante, el consumo de aceite de ajo ha demostrado ser un remedio efectivo para el estreñimiento y la inflamación intestinal. 

Además, el aceite de ajo puede ayudar a mejorar el proceso digestivo y promover el movimiento peristáltico. El consumo regular de esta sustancia también se ha vinculado a una reducción en el riesgo de diversas afecciones gastrointestinales. 

  • Alivio de la inflamación: uno de los principales componentes del aceite de ajo, la alicina, es especialmente efectivo en el tratamiento de los cuadros inflamatorios. Esta sustancia es un poderoso antioxidante, capaz de aliviar la irritación de tejidos, así como reducir el dolor articular y en zonas localizadas.

Gracias a este compuesto es común tanto el uso tópico del aceite de ajo como su consumo para aprovechar sus cualidades antiinflamatorias y antioxidantes. 

  • Tratamiento del desorden metabólico: los síntomas del trastorno metabólico suelen presentarse en la forma de un aumento de la presión sanguínea, de los niveles de azúcar y de colesterol en la sangre, además de una mayor tendencia a la obesidad.

Los componentes antioxidantes presentes en el aceite de ajo pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar estos síntomas así como a regular la actividad metabólica del cuerpo.

  • Alivio de los dolores de cabeza: existe poca evidencia científica que respalde estos efectos, sin embargo son comunes los reportes sobre el uso efectivo del aceite de ajo como tratamiento para los dolores de cabeza y la migraña.

La aplicación tópica de aceite de ajo en la sien y el consumo concentrado de esta sustancia puede ayudar a la desinflamación de la sien y de los vasos capilares, lo cual tiene un impacto en el alivio del dolor de cabeza y la migraña. 

  • Poderoso antioxidante: ya se han vinculado muchos beneficios del aceite de ajo a su alto contenido en antioxidantes. La alicina, abundante en el aceite de ajo, es uno de los antioxidantes más poderosos y versátiles que existen.

Los antioxidantes son fundamentales en la disminución del estrés oxidativo, lo cual se traduce en una ralentización del proceso de envejecimiento y en una reducción importante en el riesgo de desarrollar enfermedades vinculadas a la edad. 

  • Tratamiento de la diabetes: el aceite de ajo es un aditamento ideal en la dieta de los pacientes de diabetes. Gracias a su naturaleza hipoglicémica, esta sustancia es capaz de regular la producción de la insulina y el consumo de energía del cuerpo humano.

Esto, combinado con su función reguladora del metabolismo, convierten al aceite de ajo en una poderosa herramienta en la prevención de los desbalances en los niveles de glucosa que aquejan a los pacientes de diabetes. 

  • Prevención de la obesidad: gracias a su capacidad de impulsar el metabolismo, el consumo de aceite de ajo está vinculado a la quema pasiva de grasa corporal. Además, esta sustancia es capaz de contribuir a la disminución de los niveles del colesterol.

El aceite de ajo puede contribuir además a la supresión del apetito: los componentes de sulfuros presentes en el ajo tienen la capacidad de generar la sensación de saciedad, ayudando a prevenir las meriendas entre comidas y los atracones. 

  • Ayuda a preservar la salud del sistema respiratorio: la inhalación de los vapores de aceite de ajo, así como el consumo directo del mismo, tiene un impacto positivo en el alivio de la sinusitis. 

Adicionalmente, el consumo del aceite de ajo puede ayudar a reducir la sensibilidad alérgica, lo cual tiene un impacto positivo en la reducción de la aparición de episodios asmáticos y a aliviar la congestión. 

  • Fortalecimiento del sistema inmunológico: además de su contenido en antioxidantes, el aceite de ajo tiene potentes propiedades antibacterianas, antivirales, antifúngicas y antisépticas. 

La combinación de todas estas características convierten a esta sustancia en un poderoso remedio tópico para el tratamiento de distintas afecciones de la piel. Su consumo tiene la capacidad de fortalecer la salud digestiva, combatiendo cualquier posible infección intestinal. 

  • Potencian la absorción de nutrientes: la composición rica en sulfuros y antioxidantes de este aceite facilita la absorción de distintos nutrientes en el tracto digestivo. 

Para pacientes que padecen de anemia y otras condiciones relacionadas a la deficiencia de ciertos nutrientes, esta característica es especialmente útil. El aceite de ajo facilita principalmente la absorción de hierro, calcio y potasio, fundamentales para una buena salud. 

  • Fuente de energía: el consumo de aceite de ajo se ha vinculado con la reducción de la fatiga y con un mejor rendimiento físico y mental. De hecho, el ajo se ha utilizado desde hace miles de años para potenciar el desempeño en atletas. Hoy en día estudios han demostrado el impacto positivo del consumo de esta sustancia en el rendimiento de pacientes de afecciones cardíacas. 

Efectos secundarios del uso de aceite de ajo

A pesar de sus potenciales beneficios, el consumo de aceite de ajo debe hacerse de manera moderada. A continuación se señalan cuales son los posibles riesgos que puede acarrear la ingesta desmedida de este producto: 

  • Incremento en el riesgo de hemorragia: por su composición, el aceite de ajo posee poderosas cualidades anticoagulantes. Si bien esto puede resultar en un beneficio para personas que sufren de determinadas afecciones cardíacas, su consumo puede ser peligroso combinado con medicamentos anticoagulantes. Por esta razón, se recomienda evitar el consumo de aceite de ajo en las semanas previas a una intervención quirúrgica.  
  • Complicaciones cardíacas: precisamente por su capacidad de disminuir la presión sanguínea y los niveles de colesterol, un consumo excesivo de aceite de ajo puede llevar a una condición de hipotensión. Además, la combinación de la ingesta de este aceite con medicamentos para reducir la tensión puede ser peligroso.
  • Problemas de olor: una de las características más obvias del ajo es su aroma. Un consumo constante de este aceite puede ocasionar problemas de mal aliento, así como impactar el olor corporal, ya que los componentes aromáticos pueden ser expulsados a través del sudor. 
  • Irritación de la piel: dependiendo de la concentración de los componentes activos del aceite de ajo, al ser aplicado tópicamente este puede causar enrojecimiento, irritación e incluso hinchazón de la piel. Esto no es común, pero es sin duda frecuente en aquellas personas alérgicas al ajo y quienes tienen piel sensible. 
  • Afecciones gastrointestinales: precisamente por la concentración y potencia de sus ingredientes activos, al ser consumido en exceso el aceite de ajo puede tener un impacto negativo en la salud gastrointestinal. Diarrea, calambres, hinchazón, gases, náuseas y acidez son los principales síntomas del consumo excesivo de aceite de ajo.

Fuentes

  • https://www.organicfacts.net/health-benefits/oils/garlic-oil.html
  • https://www.lovefood.com/recipes/72537/how-to-make-garlic-oil
  • https://www.healthline.com/nutrition/11-proven-health-benefits-of-garlic
  • https://www.extension.uidaho.edu/publishing/pdf/PNW/PNW664.pdf

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.